Un estudio comparativo sobre la mentalidad de los jóvenes en torno al matrimonio y la crianza revela que en Corea la decisión de tener hijos está condicionada por un mayor número de factores y una presión más intensa, tanto económica como laboral y personal, que en otras naciones con baja natalidad.
La investigación, realizada por el Instituto Coreano de Salud y Asuntos Sociales, analizó datos de sondeos efectuados en Corea del Sur, Japón, Alemania, Francia y Suecia, con muestras de 2.500 personas de entre 20 y 49 años en cada país. Todos ellos afrontan el reto del descenso de la natalidad, aunque Corea registra una tasa de 0,75 hijos por mujer, la más baja del mundo.
Según los resultados, los surcoreanos son el grupo que más desea casarse, mientras que los suecos muestran la mayor inclinación a ser padres. En Corea, el 52,9% de los jóvenes considera el matrimonio entre sus opciones de vida, pero solo el 31,2% está dispuesto a ser padre o madre, frente al 47,3% que descarta por completo esa posibilidad. Además, quienes sí desean tener descendencia fijan en 1,74 el menor número ideal de hijos por persona. En comparación, los alemanes aspiran a 2,4 hijos; los suecos, a 2,35; los franceses, a 2,11; y los japoneses, a 1,96.
Más de la mitad de los encuestados surcoreanos señalaron que la incertidumbre sobre el futuro y la carga económica son los principales obstáculos para formar una familia. También mencionaron las dificultades para conciliar trabajo y vida familiar, la insuficiencia de las prestaciones sociales y las limitaciones que el cuidado infantil impone tanto a la carrera profesional como a la libertad individual. En los demás países analizados, estos factores fueron citados por un porcentaje mucho menor de jóvenes.