Las negociaciones comerciales entre el Gobierno y la Casa Blanca se encuentran en su fase final, con el 1 de agosto como fecha límite marcada para la entrada en vigor de los aranceles recíprocos. En este contexto, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha vuelto a insistir en la necesidad de que otros países faciliten un mayor acceso a sus mercados para los productos procedentes de Estados Unidos.

El miércoles 23 (hora local), Trump publicó en sus redes sociales que solo concederá reducciones arancelarias a aquellas naciones que acepten abrir o flexibilizar sus mercados. Al mismo tiempo, advirtió de la posibilidad de imponer tarifas aún más altas a quienes no accedan a esta exigencia. Sus declaraciones se interpretan como una estrategia de presión hacia los socios comerciales con los que mantiene conversaciones abiertas, entre ellos Corea del Sur, India y la Unión Europea (UE).

En esta tesitura, medios locales informaron que la Administración estadounidense estudia imponer aranceles del 15% a las importaciones provenientes del mercado único europeo. Este porcentaje coincide con el acordado recientemente en el pacto comercial alcanzado con Japón. Sin embargo, no representa una diferencia sustancial respecto a los gravámenes actualmente aplicados a los bienes que acceden a EEUU desde la UE. A pesar de ello, Bruselas se plantea aceptar esta condición, dado que el acuerdo entre Washington y Tokio podría establecer un precedente en futuras negociaciones.