El expresidente Yoon Suk Yeol fue detenido en la madrugada del jueves 10, inmediatamente después de que el tribunal emitiera una orden de arresto en su contra. El equipo del fiscal especial procedió a ejecutar la disposición de forma inmediata, mientras Yoon aguardaba en la sala habilitada para personas bajo custodia.
Una vez privado de libertad, se le asignó el código de recluso 3617 y fue sometido al mismo protocolo que cualquier interno en situación preventiva: verificación de identidad, reconocimiento médico, cambio de ropa por un uniforme con su número y la correspondiente fotografía policial.
Posteriormente, Yoon fue trasladado a una celda individual de menos de 10 metros cuadrados, equipada con baño, fregadero, mesa y colchoneta plegables, un ventilador y un televisor. El espacio es más reducido que el que ocuparon otros exmandatarios en circunstancias similares.
A diferencia de su primer paso por prisión el pasado mes de enero —cuando aún ejercía el cargo y contaba con la protección indirecta del Servicio de Seguridad Presidencial dentro del centro penitenciario—, en esta ocasión no recibe ningún trato especial. No cuenta con escolta ni recibe asistencia personal, como peinado o maquillaje, antes de comparecer ante el Tribunal Constitucional.
En esta nueva etapa, Yoon afrontará el proceso judicial como un ciudadano más, sin los privilegios asociados a su anterior condición de jefe de Estado.