El precio del petróleo ha experimentado un fuerte repunte debido a la creciente tensión entre Israel e Irán, especialmente después de que Teherán amenazara con bloquear el estrecho de Ormuz, un paso estratégico para el comercio mundial de crudo.
En concreto, al inicio de la jornada del lunes 23, el barril de crudo West Texas Intermediate (WTI) alcanzaba los 76 dólares, lo que supone un incremento del 13% en comparación con el 13 de junio, fecha en la que comenzaron los ataques israelíes. Los analistas advierten de que, si las autoridades iraníes cumplen su amenaza e impiden la circulación en el estrecho de Ormuz, la volatilidad en los mercados podría agravarse e incluso llegar a disparar el precio del petróleo hasta los 130 dólares por barril.
Para Corea del Sur, este escenario representa un motivo de seria preocupación, ya que cerca del 70% del crudo importado por el país transita precisamente por ese estrecho, ubicado entre el golfo de Omán y el golfo Pérsico. Frente a este contexto, el Gobierno ha activado con carácter de urgencia un sistema de vigilancia permanente para seguir de cerca tanto la evolución del conflicto en Oriente Próximo como los movimientos en los precios del petróleo y el suministro energético.
El impacto de esta crisis también se ha dejado sentir en los mercados financieros nacionales. El índice bursátil de referencia, el KOSPI, arrancó la sesión con un descenso superior al 1% y se situó en torno a los 2.970 puntos.