El Gobierno sospecha que Corea del Norte ha evitado pronunciarse públicamente sobre el destacamento adicional de tropas en Rusia ante el temor de provocar rechazo entre su propia población.
Mientras Moscú ha ofrecido detalles específicos sobre el número de soldados que Pyongyang prevé movilizar, el régimen no ha hecho ninguna mención del asunto ni en sus medios estatales ni a través de sus canales oficiales hacia el exterior.
El Ministerio de Reunificación interpreta la divulgación rusa como parte de una estrategia norcoreana para asegurarse una compensación. Según este planteamiento, Corea del Norte ha buscado que fuera el Kremlin quien revelara la información, con el objetivo de ejercer presión para obtener beneficios a cambio de su apoyo militar.
Además, el Ejecutivo surcoreano advierte de que, debido a las dificultades que enfrenta para enviar trabajadores a China, el régimen podría estar utilizando esta operación como vía alternativa para extender el despliegue de mano de obra a Rusia. Aparte del interés económico, Seúl considera que esta maniobra se enmarca en un plan más amplio de Pyongyang para fortalecer su alianza con Moscú e incrementar la dependencia mutua en el actual contexto geopolítico.