Corea ha experimentado una inflación alimentaria por encima del 20% durante los últimos cinco años, mientras que el índice general de precios al consumidor (IPC) se elevó en más del 10% en el mismo periodo. El alza ha sido especialmente pronunciada en los restaurantes y ha afectado incluso a platos de consumo popular tradicionalmente considerados asequibles.

Según datos de la Oficina Nacional de Estadística, en mayo de este año los precios de los alimentos servidos en restaurantes se dispararon un 25% en comparación con el mismo mes de 2020, una subida que multiplica por 1,5 el aumento promedio del IPC. Entre los platos que más se encarecieron destacan el gimbap y la hamburguesa, con repuntes del 38% y 37%, respectivamente. Incluso el precio de los menús en comedores para empleados marcó un incremento del 24%.

Este ascenso supera también el registrado en los bienes agrícolas, ganaderos y pesqueros, cuya inflación alcanzó el 22% en el mismo periodo. Los productos procesados, por su parte, escalaron en torno al 24%. Entre las causas principales de la revalorización figuran la inestabilidad en las cadenas de suministro derivada del cambio climático y las fluctuaciones en el tipo de cambio, factores que afectan especialmente a las importaciones de alimentos.