Estados Unidos ha ofrecido su cooperación a Corea del Sur tras la suspensión temporal de las operaciones de vigilancia marítima por parte de las Fuerzas Armadas surcoreanas. Esta medida se ha tomado como parte de una inspección general de todos los aviones de patrulla de la Fuerza Naval, iniciada a raíz del accidente sufrido por una aeronave P-3 el 29 de mayo.

Según fuentes militares, los dieciséis aviones de patrulla marítima están actualmente sometidos a un control de seguridad especial. Tras conocer la situación, Washington manifestó su disposición a colaborar. En estos momentos, Seúl mantiene conversaciones con altos mandos militares estadounidenses para definir cómo y cuándo podrán operar aeronaves estadounidenses de patrulla marítima en el espacio aéreo surcoreano, con el fin de garantizar la seguridad en las aguas circundantes.

Por su parte, las Fuerzas Armadas han declarado que están haciendo todo lo posible por restablecer cuanto antes las operaciones de patrullaje e informaron de que ya se están preparando para desplegar sus nuevos aviones P-8 Poseidón a partir del mes de julio.