Altos funcionarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos han señalado que la Administración del presidente Donald Trump no descarta ajustar su presencia militar en Corea del Sur, según informó la agencia de noticias AP el jueves 29 (hora local).
Desde Singapur, donde se celebra la Conferencia de Seguridad de Asia, conocida como el Diálogo de Shangri-La, varios altos cargos que acompañan al secretario de Defensa, Pete Hegseth, explicaron que la Casa Blanca está revisando el estacionamiento de sus tropas en la región con el objetivo de mejorar su capacidad de respuesta ante la creciente influencia china. En ese contexto, se contempla la posibilidad de una reducción del contingente estadounidense en territorio surcoreano.
Una de las fuentes indicó que aún no se ha determinado el número exacto de efectivos que permanecerán en el país, pero subrayó que cualquier modificación tendrá como finalidad no solo garantizar la defensa de Corea del Sur frente a Corea del Norte, sino también reforzar la política de disuasión frente a China.
Días antes, otro miembro del Pentágono ya había anticipado la intención de recalibrar la postura militar de Washington en la península, en coordinación con Seúl. El objetivo es adaptar la alianza bilateral a un entorno de seguridad regional en evolución y reforzar la contención frente a Beijing, que, según afirmó, se ha convertido en una prioridad.
Estas declaraciones reflejan una apuesta por una mayor "flexibilidad estratégica", orientada a ampliar el papel de las fuerzas estadounidenses en Corea más allá de la protección territorial, lo que permitiría su despliegue en otros escenarios clave del noreste asiático.