Las calles y avenidas de Seúl se tiñeron de rojo en la madrugada del 27 de junio, hora coreana, por la gran cantidad de aficionados al fútbol que salieron con sus camisetas rojas para animar a la selección nacional en su encuentro contra Bélgica, el último partido disputado por Corea del Sur en el marco del Mundial de Brasil.
Aunque el aforo fue algo menor que en el partido contra Argelia, el encuentro contra Bélgica convocó a unos 15.000 hinchas en la plaza de Gwanghwamun, y a otros 29.000 en la avenida frente al centro de convenciones COEX, en Gangnam, Seúl.
Mientras tanto, la comunidad de coreanos en Bélgica vio el partido con los habitantes de la ciudad belga de Watermael-Boitsfos, en el marco de la Noche de Amistad Corea del Sur-Bélgica, organizada conjuntamente entre la Embajada de Corea del Sur en Bruselas y las autoridades del citado municipio.
El evento se llevó a cabo en un estadio deportivo de la ciudad belga, donde se celebró un concierto de K-pop y una muestra de Taekwondo, el arte marcial coreano, como prolegómenos del partido de fútbol.
Corea perdió 1-0 ante Bélgica, sin conseguir pasar a octavos de final en la Copa Mundial de Brasil.