El final de las armadas virtuosas
Cuando el imperialismo japonés empezó a saquear la península coreana hacia finales de la dinastía de Joseon, innumerables héroes nacionales se levantaron en armas y erigieron armadas virtuosas de voluntarios para poner resistencia contra la invasión japonesa.
Entre estos héroes se encuentran nombres gloriosos como Jeon Bong Jun, conocido también como el General Nokdu (Frijol Mungo), Choi In Hyun que levantó un ejército a la edad de 74 años, y Shin Dol Seok que nació plebeyo pero se elevó como oficial.
Sin embargo, muy poco se sabe del último líder de la armada virtuosa durante el Imperio de Corea, que duró entre 1897 y 1910. El líder Chae Eung Eon compartió el destino de las tropas leales de resistencia, que pelearon con todas las fuerzas desde el inicio hasta el final. Chae luchó desesperadamente por su patria desde la edad de 25 hasta los 33 años. Así, en medio de su floreciente juventud, Chae participó en la campaña militar de resistencia más larga en la historia de Corea.
La tropa leal de resistencia
Chae Eung Eon nació en Seongcheon de la provincial de Pyongan del Sur en 1879. Su familia era tan pobre que tuvo que mudarse a Goksan de la provincia de Hwanghae donde se podían quemar montes para labrar tierras.
Chae era un muchacho astuto, fuerte y con un fuerte sentido de justicia. Cuando los terratenientes explotaban brutalmente a los campesinos, Chae levantaba la voz para defenderlos.
Chae sirvió como oficial no comisionado de la infantería del Imperio de Corea. Desgraciadamente, las fuerzas militares de Corea fueron disueltas por el imperio japonés el primero de agosto de 1907. Cuando el comandante Park Seung Hwan del primer batallón de la Guardia Real se dio un tiro en protesta, Chae se convirtió en un oficial de la armada virtuosa liderada por Lee Jin Ryong. Esta armada virtuosa realizó operaciones de resistencia en contra de las fuerzas imperialistas de Japón en las provincias de Pyongan y Hamgyeong.
Chae ganó renombre cuando llevó a cabo ataques a subestaciones de la policía japonesa y de la policía militar de Japón en Hwanghae y Hamgyeong en 1908. Las armas confiscadas en estos ataques sirvieron a facilitar las actividades de las armadas virtuosas de Corea.
Las campañas militares continúan tras el tratado de anexión de 1910
Aún después de que Corea hubiera perdido la soberanía, por el tratado de anexión de Corea a Japón, que se formuló a la fuerza en 1910, Chae rehusó desintegración del ejército de resistencia, y continuó sirviendo en la armada virtuosa de Kim Jin Muk.
Mediante el empleo de tácticas guerrilleras operadas efectivamente por unos pocos soldados sobresalientes, Chae se movilizó rápida y eficazmente entre varias provincias, destruyendo subestaciones policiales de Japón, así como sus instalaciones de comunicaciones.
En 1913, Chae atacó estacionamientos de la policía militar japonesa en la provincia de Hwanghae, logrando eliminar un buen número de soldados japoneses del lugar. Japón hasta ofreció una recompensa enorme por la captura de Chae, que cruzaba libremente las áreas montañosas de las provincias de Gyeonggi, Gangwon y Hamgyeong para desarrollar operaciones guerrilleras.
El 12 de noviembre de 1914, la policía japonesa anunció que proveería una recompensa de 280 wones a cualquiera que capturara a Chae y que lo transfiriera a las autoridades niponas. También se prometió una recompensa a cualquiera que ofreciera información sobre el paradero de Chae, con el fin de asistir en la captura del soldado coreano.
Sin embargo, Chae era tan dotado en las tácticas de guerrilla que los japoneses no pudieron sino admitir que la búsqueda meticulosa de la policía militar japonesa carecía absolutamente de efecto. Pero a partir de 1915, la resistencia de Chae ya no podría continuar.
La lucha hasta un amargo final
Chae tenía en marcha una lucha guerrillera cerca del monte Baeknyeon de la provincial de Pyongan del Sur en 1915.
El 5 de julio, Chae visitó a un hombre pudiente del poblado local para reunir dinero para sus actividades militares, pero fue arrestado en el acto. Chae fue sentenciado a muerte en septiembre en una corte de Pyongyang, pero falleció en su celda en una prisión de Pyongyang, el 4 de noviembre.
Los ocho años de sus actividades militares, desde 1907 hasta 1915, llegaron así a su final. La moral de las tropas de resistencia había sufrido notablemente tras la anexión de Corea a Japón en 1910, y prácticamente desaparecieron tras la captura de Chae. Bien se puede decir que la muerte de Chae marcó el fin de las armadas virtuosas de Corea, que habían luchado implacablemente durante 20 años.
Chae es conocido como “el último líder de las armadas virtuosas”, y es también el soldado leal que luchó por el tiempo más largo en la historia de Corea. Mientras su patria estaba cediendo su soberanía ante el acecho de Japón, Chae continuó reuniendo y levantando las fuerzas leales en todos los rincones de la patria con una destreza y una osadía sin igual. Chae eligió noblemente el camino del patriota. El camino de su elección fue largo y doloroso, como un túnel oscuro que no muestra indicios de llegar a un final. Pero este líder militar permaneció inalterable en sus principios patriotas, y sacrificó su propia vida por la patria. Tras su muerte, Chae fue concedido el Orden de Mérito por la Fundación Nacional y la Medalla de la Independencia en 1962.