COMIENZOS MEMORABLES

Toda persona tiene a lo largo de su vida diferentes comienzos, el que más valoro es lo que me acaba de ocurrir hace cuatro meses. Es fácil encariñarse con la mascota de alguien más, pero sin embargo resulta difícil asumir la responsabilidad de criarlo, en este caso mi perro se llama Fred, es un schnauzer y justamente dentro de tres días tendrá cuatro meses.

Gracias a este perro descubrí un mundo diferente al que estaba acostumbrada, desde conocer gente desconocida en las veterinarias y que en mis redes sociales se vean ocupadas con sus fotos actualizadas, pero sobre todo se experimenta la comunicación telepática por que al no poder hablarme, sólo basta identificar su mirada para saber que es lo que quiere y necesita.

Tener un perro en casa es motivo de preocupación, empezando desde el control de sus vacunas y el regaño del veterinario por no cumplir con la fecha del carnet, que me ha sucedido una vez por motivos de trabajo después realizarle el primer baño tratando que sea una experiencia grata para ambos, hasta que opté por cantarle como a un niño y luego para que se deje peinar le doy una golosina para perros.

El momento más angustiante fue su primer corte de pelo por que su raza se lo exige. El veterinario le puso sedante y luego en instantes mi perro se desvanecía en mis brazos, luego empezó a temblar por que se encontraba nervioso y mientras lo recortaban lo acariciaba para hacerle saber que estoy ahí y lo seguiré estando por que tener una mascota que solo tiene ojos para ti, es un compromiso de lealtad en las buenas y sobre todo en las malas cuando se enferman.

Mi querido Fred, en este poco tiempo me enseñó a ser más afectuosa y protectora, cada día descubrimos nuevos desafíos, emociones y experiencias que nos ayudará a ser complices en nuestra vida estando juntos.