Los altares en homenaje a la maestra de primaria hallada muerta en el colegio del Seúl donde trabajaba, un caso que generó ún fuerte impacto entre la sociedad el pasado mes de julio, planteando la necesidad de empoderar la autoridad y los derechos de los docentes, recibieron el lunes 4 largas filas de ciudadanos para venerar su memoria.
Entre esos ciudadanos no solo había miembros de la comunidad docente, sino también alumnos y padres deseosos de mejorar el entorno escolar y el ambiente de enseñanza en las instituciones educativas.
Asimismo, durante la tarde del lunes tuvo lugar una marcha frente a la Asamblea Nacional solicitando aclarar lass circunstancias de su muerte y exigir una reforma de las leyes sobre maltrato infantil, a menudo interpretadas en extremo, limitando la potestad disciplinaria de los profesores.
Aunque las autoridades educativas llamaron a los docentes a abstenerse de convocar acciones colectivas como protestas, o a no ausentarse de las clases para acudir a los altares fúnebres el 4 de septiembre, 49 días después de su muerte, algunas escuelas optaron por suprimir las clases el mismo lunes.