El sindicato de trabajadores del Metro de Seúl inició el 1 de diciembre una huelga de brazos caídos tras fracasar las negociaciones con la dirección sobre el aumento salarial y la contratación de nuevos empleados. El Metro de Seúl opera la mayor parte de la red subterránea de la capital, concretamente las líneas de la 1 a la 8.
Una huelga de brazos caídos es un tipo de protesta en la que los empleados permanecen en sus puestos, de modo que no se produce un paro total como en una huelga general. No obstante, el trabajo se lleva a cabo de forma deliberadamente ineficiente para ejercer presión sobre la patronal. En esta ocasión, el sindicato ha anunciado que los maquinistas realizarán paradas más prolongadas de lo habitual en las estaciones y que el personal se negará a efectuar cualquier tarea secundaria o extra que no figure explícitamente en los reglamentos internos.
La huelga ya se daba por probable después de que el sindicato y la empresa no lograran un acuerdo sobre la subida salarial prevista para el próximo año ni sobre el número de nuevas contrataciones, dos puntos en los que persisten profundas discrepancias.