La controversia en torno al proyecto del Ayuntamiento de Seúl para reurbanizar las zonas aledañas al santuario de Jongmyo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, continúa abierta. Ante esta situación, especialistas en conservación han propuesto que el plan sea sometido a una evaluación de impacto patrimonial.
En un comunicado emitido el lunes 24, el Comité Surcoreano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) afirmó que la vía más adecuada para resolver la polémica y las discrepancias sobre el proyecto es realizar una evaluación integral de sus efectos y recurrir a los procedimientos formales de asesoría internacional. Es la primera vez que el organismo hace pública su postura sobre este caso.
El comité precisó que, de llevarse a cabo, dicha evaluación deberá notificarse oficialmente al Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco y realizarse de forma conjunta entre el Ayuntamiento de Seúl, el Servicio del Patrimonio Cultural de Corea del Sur y expertos independientes. Añadió que el objetivo es alcanzar la mejor conclusión posible para la conservación de Jongmyo teniendo en cuenta no solo el desarrollo urbano, sino también las demandas de la comunidad, los estándares internacionales y la evidencia científica.
Según datos de la Unesco correspondientes a 2022, durante la última década se han solicitado evaluaciones de impacto patrimonial para más de 200 bienes culturales o sitios históricos inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial. Esta herramienta tiene como fin analizar los posibles efectos de los proyectos urbanísticos antes de que comiencen las obras, con el propósito de prevenir daños y de identificar alternativas más sostenibles.