El fiscal general en funciones, Noh Man Seok, presentó su dimisión el miércoles 12, apenas cuatro meses después de asumir el cargo y solo cinco días después de anunciar que no recurriría la sentencia de primera instancia sobre el caso de corrupción relacionado con el proyecto urbanístico de Daejang-dong.
La renuncia se produjo en plena controversia por su decisión, que ha generado tensiones internas y ha dividido a la Fiscalía. La dimisión fue interpretada como una respuesta al creciente malestar dentro del ministerio público, donde varios fiscales reclamaban una explicación detallada de los fundamentos jurídicos que sustentaban la no apelación y, en algunos casos, exigían también su salida.
La decisión abre ahora la incógnita de si existió algún tipo de presión o injerencia por parte del Ministerio de Justicia. En relación con ello, el ministro de Justicia, Jung Sung Ho, declaró esta semana que, en principio, no veía inconveniente en que la Fiscalía optara por no presentar recurso y que había pedido a la Oficina del Fiscal General tomar una decisión tras un análisis exhaustivo del caso y de sus implicaciones. No obstante, subrayó que no emitió ninguna orden ni instrucción directa al respecto.