Un total de 64 ciudadanos surcoreanos detenidos en Camboya por su presunta implicación en estafas telefónicas, fraudes románticos y otros delitos fueron extraditados a Corea y aterrizaron el sábado 18 en el Aeropuerto Internacional de Incheon.
Nada más llegar, fueron trasladados a las comisarías correspondientes a sus domicilios para ser sometidos a pruebas de detección de drogas e interrogados sobre el grado de participación que tuvieron en dichas actividades delictivas.
Según informaron fuentes policiales, varios de los detenidos aseguran haber actuado bajo coacción y alegan que fueron secuestrados, recluidos e incluso torturados para participar en las estafas.
Las autoridades investigan ahora hasta qué punto los implicados fueron forzados a delinquir o si actuaron por voluntad propia. No obstante, los agentes señalan que muchos ocupaban puestos de bajo nivel dentro de las organizaciones criminales y podrían haber sido víctimas de detención y explotación arbitrarias. Por ello, la investigación también busca esclarecer cómo fueron reclutados, en qué condiciones operaban y localizar a los cabecillas responsables de las redes delictivas.