Corea y Estados Unidos celebrarán el martes 30 en Washington la primera reunión del grupo de trabajo creado por ambos Gobiernos para reformar el sistema de visados bilateral. El objetivo es actualizar y adaptar los permisos de viaje y estancia a las necesidades actuales.
La iniciativa surge tras la polémica detención de más de 300 trabajadores coreanos por parte de las autoridades migratorias de EEUU en una planta de baterías de Hyundai Motor Group y LG Energy Solution en el estado de Georgia. El incidente puso de manifiesto vacíos en el marco vigente de visados, un asunto especialmente sensible ante las multimillonarias inversiones que empresas coreanas planean en territorio estadounidense.
En esta primera sesión, se prevé que ambas partes analicen con detalle el alcance del visado de trabajo temporal B-1 y estudien la posibilidad de crear una nueva categoría que facilite la estancia de técnicos y especialistas encargados de tareas como la instalación y revisión de equipos industriales o la formación de personal local. También se evaluará la apertura de una ventanilla exclusiva en la Embajada de EEUU en Seúl para agilizar los trámites de ejecutivos y empleados de compañías coreanas con proyectos de inversión en el país.