El Ministerio de Relaciones Exteriores ha defendido la decisión de Corea de abstenerse en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU sobre una resolución que proponía levantar de manera permanente las sanciones impuestas a Irán por su programa nuclear.
La iniciativa fue rechazada con cuatro votos a favor, nueve en contra y dos abstenciones, entre ellas la de Seúl. De este modo, las sanciones volverán a aplicarse a partir del próximo 28 de septiembre.
Según el Ejecutivo, la abstención refleja tanto la importancia de las relaciones bilaterales con Teherán como el compromiso del país con una solución pacífica y diplomática al problema nuclear iraní.
No obstante, expertos advierten de que esta postura podría interpretarse como una falta de firmeza frente a los esfuerzos internacionales por frenar el desarrollo de armas atómicas en Irán. Tal percepción, añaden, podría debilitar la campaña de Corea del Sur para reclamar a la comunidad internacional una respuesta más contundente ante el programa nuclear norcoreano.