El líder norcoreano, Kim Jong Un, reafirmó que su país no tiene intención de renunciar a su condición de potencia nuclear durante el acto conmemorativo por el 77º aniversario de la fundación del Estado, celebrado el martes 9 en la Sala de la Asamblea Mansudae, en Pyongyang.
En su discurso, Kim destacó que la misión de construir una nación poderosa, iniciada el día de la proclamación de la "nueva Corea", hace 77 años, se refleja hoy en el "estatus extraordinario" que ha alcanzado Corea del Norte. Aunque no mencionó explícitamente las armas atómicas, sus palabras fueron interpretadas como una alusión velada al programa nuclear y de misiles, considerado un pilar esencial de la estrategia de defensa del régimen.
El mandatario sostuvo además que la posición y la seguridad de su país no pueden ser amenazadas por ninguna fuerza externa, y defendió que la "era de prosperidad", que, según aseguró, ha sido "forjada por el pueblo norcoreano", no podrá ser revertida.
Estas declaraciones se enmarcan en la línea de mensajes previos en los que Pyongyang ha reiterado su compromiso con el desarrollo de sus capacidades nucleares, pese a la presión de la comunidad internacional.