Corea ha decidido no acudir este año a la ceremonia conmemorativa de la mina de Sado, un enclave donde miles de coreanos fueron sometidos a trabajos forzados durante la ocupación por parte de Japón. Es su segunda ausencia consecutiva en dicho acto.
Un funcionario gubernamental explicó el jueves 4 que la principal discrepancia radica en el contenido del discurso conmemorativo de las autoridades japonesas. Según indicó, para que el homenaje tuviera la dignidad necesaria era imprescindible reconocer de forma explícita que los trabajadores coreanos fueron reclutados contra su voluntad y obligados a realizar labores forzadas. Pese a los intentos de coordinación, ambas partes no lograron un acuerdo, lo que ha llevado al Gobierno surcoreano a optar por la ausencia.
Ante esta situación, el Ejecutivo adelantó que organizará una ceremonia propia en memoria de las víctimas coreanas de explotación laboral. Aunque la fecha y el formato aún no se han concretado, se prevé que el acto tenga lugar en otoño en la isla de Sado.