Una estructura arquitectónica, presumiblemente un santuario real de la dinastía Joseon, ha regresado a Corea del Sur casi un siglo después de haber sido trasladada a Japón durante la ocupación colonial.

Conocida como Gwanwoldang (Kangetsudo, en japonés), la construcción es de madera y presenta un tejado tradicional coreano. Los detalles arquitectónicos y el estilo de la obra guardan similitudes con los santuarios y ermitas empleados por la realeza durante el periodo de Joseon (1392-1897). Sin embargo, los expertos han detectado modificaciones en su forma y aspecto exterior, realizadas tras su llegada a Japón.

Según la hipótesis más aceptada, la instalación había salido de Corea después de que la corte de Joseon la utilizase como garantía para obtener un préstamo del Banco Industrial Chosen, entidad controlada por las autoridades coloniales japonesas. Posteriormente, se estima que el banco la entregó al primer presidente de la agencia de valores Yamaichi, Kisei Sugino, quien a su vez la donó en la década de 1930 al templo budista Kōtoku-in, en la ciudad de Kamakura.

Desde entonces, la obra permaneció en dicho templo, donde ha sido conservada hasta la actualidad. Recientemente, los responsables de Kōtoku-in decidieron devolverla, al considerar que lo apropiado es que este patrimonio cultural sea devuelto a su lugar de origen.

Para su repatriación, la estructura fue cuidadosamente desmantelada y sus piezas almacenadas. El Servicio de Patrimonio Cultural de Corea ha informado de que, en primera instancia, se procederá a restaurar los elementos deteriorados. Posteriormente, se estudiará su posible reinstalación tras una investigación exhaustiva que permita determinar su denominación original, su ubicación exacta y la función que desempeñaba en la época de Joseon.