Los petroglifos del arroyo Bangucheon, situados en la ciudad surcoreana de Ulsan, están cada vez más cerca de ser reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, gracias a su incalculable valor como legado del arte y la cultura de la Corea prehistórica.

Así lo indica la recomendación emitida por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), organismo asesor de la UNESCO encargado de evaluar las candidaturas a la Lista del Patrimonio Mundial. El ICOMOS considera que estos grabados rupestres constituyen una prueba contundente de la evolución cultural de los antiguos habitantes de la península. Asimismo, destacó que el diseño y la composición de los petroglifos reflejan tanto el alto nivel artístico de las sociedades prehistóricas coreanas como su aguda capacidad de observación y creatividad.

La decisión definitiva se adoptará en julio, durante la 47ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial, que se celebrará en París. En caso de ser aprobada, los petroglifos de Bangucheon pasarían a integrar la lista del Patrimonio Mundial como el decimoséptimo sitio de Corea del Sur en obtener esta distinción.

Las inscripciones rupestres se encuentran en las orillas del arroyo Bangucheon, en las localidades de Daegok-ri y Cheonjeon-ri, ambas pertenecientes al distrito de Ulju, en Ulsan. Los grabados de Daegok-ri, esculpidos sobre una superficie rocosa de cuatro metros de alto por diez de ancho, representan escenas de caza con figuras de animales como tigres y ballenas. En Cheonjeon-ri, por su parte, se hallan petroglifos que incluyen símbolos similares a formas de escritura, dibujos específicos y motivos geométricos variados.