El primero de enero Japón experimentó un fuerte terremoto de magnitud 7,6 en la región de Noto, en la prefectura de Ishikawa. Como resultado, al menos 30 personas perdieron la vida y varias décadas resultaron heridas hasta la fecha.
También emitieron una gran alerta por gran tsunami y reportaron daños significativos, aunque posteriormente rebajaron la alerta.
Según informó la Agencia Meteorológica de Japón, a las 4:06 pm del 1 de enero comenzó un terremoto de magnitud 5,7 en la península de Noto, seguido por numerosos temblores en áreas circundantes y abundantes réplicas que a las 4:10 de la tarde alcanzaron un máximo de 7,6 de magnitud.
Aunque la intensidad del terremoto fue menor que la del Gran Terremoto del Este de Japón de marzo de 2011 (magnitud 9,0), fue superior a la del Terremoto de Hanshin de enero de 1995 (7,3).
Inicialmente, la Agencia Meteorológica de Japón emitió una "Gran Alerta de Tsunami" anticipando olas de hasta 5 metros en la península de Noto, siendo la primera vez que activan este tipo de alerta desde el Gran Terremoto del Este de Japón de marzo de 2011.
Por el momento no hay detalle exacto del recuento de daños, pero los servicios de trenes y vuelos en las prefecturas de Saitama y Niigata fueron suspendidos, y algunas carreteras quedaron cortadas por deslizamientos o grietas en el pavimento.
Según informó Noticias Kyodo, emitieron órdenes de evacuar a más de 97.000 residentes en nueve prefecturas, incluidas Fukui, Tottori, Akita y Fukuoka, por la alerta de tsunami.
La Agencia Meteorológica de Japón llamó a extremar las precauciones por una semana, especialmente los primeros 2-3 días, ante el riesgo de terremotos de intensidad superior a 7.