Desde el 5 de diciembre Corea del Sur y Estados Unidos realizan un simulacro de combate de las fuerzas terrestres en el que intervienen 4.200 efectivos. El objetivo principal de esta maniobra es reforzar la capacidad operativa de las unidades de combate entre tropas surcoreanas y estadounidenses, y su preparación para acometer misiones en tiempos de guerra.
En concreto, buscan comprobar el sistema de combate Army Tiger, también conocido como "ejército futurista" pues incorpora inteligencia artificial y otras tecnologías 4.0 a las plataformas operativas, para maximizar la tasa de supervivencia de soldados y la eficacia en combate.
Park An Su, jefe del Estado Mayor del Ejército surcoreano, destacó la necesidad de mejorar la capacidad de combate con entrenamientos y simulacros más realistas, para evitar que el enemigo descarte incluso plantearse la idea de concretar alguna provocación.