Próximamente, la Unesco recomendará por escrito a Japón que de a conocer el lado oscuro de la isla de Hashima, inscrita como Patrimonio de la Humanidad en 2015 tras un constante diálogo con países vecinos sobre los principales centros industriales de la Revolución Meiji, fuente de gran controversia por ser testigo de explotación y degradantes condiciones laborales, principalmente entre la década de 1920 y el final de la Segunda Guerra Mundial.

Se estima que dicha recomendación figurará en la agenda de la 45ª Convencion sobre Proteccion del Patrimonio Cultural y Natural Mundial de la Unesco, que comenzó el domingo 10 en Riad, Arabia Saudi y continuara hasta el 25 de septiembre. El Comité del Patrimonio de la Humanidad valorará el informe presentado en diciembre de 2022 por Tokio sobre la actualidad y la preservación de las herencias de la Revolución Meiji. 

En 2015, cuando la isla de Hashima entró en la Lista del Patrimonio de la Humanidad, el Gobierno japonés se comprometió dar a conocer la historia de dicho lugar, incluido ese lado oscuro relacionado con la movilización forzosa y la explotación laboral de trabajadores de sus colonias, mayormente coreanos. Sin embargo años después, ante el incumplimento o la insuficiencia de las medidas adoptadas por Tokio, en julio de 2021 el Comité del Patrimonio Mundial de Unesco declaró oficialmente y por escrito su insatisfacción al respecto, señalando la falta de explicación sobre la explotación laboral de coreanos al presentar dicha isla. 

Apenas dos años después, Japón volverá a recibir la misma recomendación de incluir la historia completa de la isla de Hashima, según el borrador del documento a debate en la convención de Riad, basado en investigaciones adicionales, nuevos testimonios y procesos de verificación de datos para una correcta interpretación del significado del lugar, documentos a los que se añade el permanente diálogo con los países implicados. Entre líneas se aprecia que con "países implicados" el documento alude a Corea, pues la mayoría de los que fueron movilizados para realizar trabajos forzosos en Hashima eran coreanos.