El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas convocó el jueves 13 una reunión de emergencia sobre el último lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) por parte de Corea del Norte. 

La mayoría de los países asistentes condenaron enérgicamente el nuevo ensayo balístico norcoreano, que calificaron de "claro incumplimiento" de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. 

Además, Estados Unidos criticó a China y Rusia por consentir tácitamente las provocaciones norcoreanas e instó a Pyongyang a detener los ensayos y volver a la mesa de diálogo. 

En respuesta Kim Song, embajador de Corea del Norte ante la ONU, defendió el lanzamiento de un nuevo misil balístico intercontinental por parte de Pyongyang al considerarlo como parte del derecho a la autodefensa de un estado soberano, al tiempo de culpar a Corea del Sur y Estados Unidos de aumentar el riesgo de guerra nuclear en la península coreana con sus ejercicios militares conjuntos.

Es la primera vez desde diciembre de 2017 que un diplomático norcoreano ante la ONU asiste a la reunión del Consejo de Seguridad y realiza una intervención. 

Hwang Joon Guk, embajador surcoreano ante Naciones Unidas, exigió una respuesta más dura de la ONU contra Pyongyang, para demostrar que la determinación de la comunidad internacional por lograr la desnuclearización, supera el compromiso del Norte con la proliferación de armas nucleares. 

Pese a todo, la reunión del Consejo de Seguridad concluyó sin avances.