Estados Unidos ha reiterado la importancia de cooperar con los aliados para bloquear el acceso de China a tecnologías clave de industrias como la de chips, alegando que dicho país podría usarlas con fines militares.
Bonnie Jenkins, subsecretaria de Estado estadounidense para el Control de Armas y Seguridad Internacional, explicó que limitar las exportaciones se ha convertido en prioridad para Washington en materia de política exterior, al considerar que China supone una amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
Enfatizó que la tecnología de chips es clave para la seguridad internacional, advirtiendo que China podría usar tecnología de semiconductores para crear armas autónomas, programas de modelado de explosiones nucleares, simulacros balísticos o sistemas de vigilancia a civiles.
En esta línea, Jenkins aludió a las medidas de control sobre exportación de chips anunciadas por Washington en 2022, reiterando el esfuerzo de la administración de Biden por impedir que China use dicha tecnología para aumentar su potencial militar y vulnerar los derechos humanos.
No obstante, enfatizó que en una era de feroz competencia tecnológica bloquear el acceso de China a los chips será insuficiente, y harán falta políticas que permitan a Estados Unidos y a sus aliados lograr ventaja en la rivalidad geopolítica, aludiendo a medidas como la Ley de Chips.