Las autoridades de Inteligencia estadounidense afirman que Kim Jong Un no tiene intención de renunciar a las armas nucleares y que Corea del Norte busca ser reconocido como potencia nuclear.
Así lo recoge el informe anual sobre riesgos prioritarios de la Oficina del Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, al afirmar que Pyongyang no piensa renunciar a su programa balístico-nuclear. Pues Kim Jong Un lo considera el último mecanismo para mantener su régimen dictatorial y cree que con el paso del tiempo la comunidad internacional reconocerá a Corea del Norte como estado nuclear.
Avril Haines, directora nacional de Inteligencia, explicó recientemente ante el Comité de Inteligencia del Senado que la insistencia del régimen norcoreano por los ensayos balísticos refleja su intención de ser reconocido de facto como estado nuclear.
En consonancia, la Oficina del Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos clasifica a las Fuerzas Armadas de Corea del Norte como una "amenaza grave" para Estados Unidos y sus aliados.