Perú vive un caos político tras la destitución y posterior detención del presidente Pedro Castillo, con violentos choques entre manifestantes en apoyo del exmandatario y la policía.
Según informó la Embajada de Corea del Sur en Lima el martes 13, hasta la fecha hay varios muertos y la inseguridad persiste. Sobre el posible impacto de esa situación en la comunidad coreana en Perú, explicó que por ahora no hay víctimas ni negocios surcoreanos afectados. No obstante, enfatizó que la situación es muy inestable, con ataques a comisarías, carreteras cortadas e incendios provocados.
Los datos de 2021 reflejan que en Perú viven unos 1.600 surcoreanos, un 80% de ellos en Lima, la capital. La mayoría trabaja en empresas privadas o tienen negocios en la zona de protestas, y entre aquellos con locales en el Centro, cerca del Palacio de Gobierno o del Congreso, ya cunde el pánico.
En cuanto a los surcoreanos que trabajan en las obras del nuevo aeropuerto de Chinchero, o los funcionarios de la Agencia Coreana de Cooperación Internacional (KOICA), confirmaron que están en lugares seguros.
El martes 13 el Tribunal Supremo de Perú rechazó el recurso de apelación de Castillo contra su detención provisional, decisión que aumetnará las protestas de sus simpatizantes.