El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión a puertas abiertas para debatir sobre las recientes provocaciones balísticas de Corea del Norte, pero al igual que la anterior concluyó sin avances.

Estados Unidos criticó a China y a Rusia por proteger a Pyongyang, mientras que esos países culparon a Estados Unidos.

Durante el encuentro, un mes después de la última reunión del Consejo, todos los integrantes excepto China y Rusia alzaron sus voces condenando los lanzamientos de misiles norcoreanos. 

Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, tomó la palabra y acusó a Beijing y a Moscú de secundar a Corea del Norte, recriminando que no deben dejar de ejercer su rol como miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Recriminó que Corea del Norte se sirve de China como amortiguador ante Estados Unidos, al tiempo de suministrar armas a Rusia para usar contra Ucrania. 

En tanto el embajador Hwang Joon Kook, representante de Corea del Sur ante la ONU, exhortó al Consejo de Seguridad a mostrar unidad de acción y emitir una advertencia tajante al régimen de Kim Jong Un enfatizando que la comunidad internacional no tolerará más ensayos nucleares.

En cambio China y Rusia señalaron a Estados Unidos como culpable de la escalada de tensión en la península coreana, alegando que Corea del Norte realiza ensayos balísticos para aumentar su potencial militar al percibir como una amenaza las maniobras surcoreano-estadounidenses. 

La reunión concluyó sin avances, aunque los representantes de países occidentales se reunieron a la salida y emitieron una declaración independiente condenando las provocaciones de Pyongyang.