Mijaíl Gorbachov, el exdirigente soviético que puso fin a la Guerra Fría, murió el 30 de agosto a los 91 años, según informaron fuentes del hospital de Moscú en el que estaba ingresado.
El expresidente de la URSS guardaba un vínculo especial con Corea del Sur, pues jugó un papel decisivo en el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Desde su llegada al poder en 1985, Gorbachov realizó grandes esfuerzos por fomentar una cooperación económica pragmática con los países capitalistas, en el marco de su política de apertura denominada “Perestroika”.
En 1990, Corea del Sur y la Unión Soviética iniciaron las conversaciones para establecer lazos diplomáticos, pero se toparon con discrepancias de posturas, pues mientras Moscú apostaba por una cercanía diplomática gradual después de forjar primero una cooperación económica, Seúl buscaba lo contrario.
Además, Corea del Norte también protestaba enérgicamente contra la normalización de relaciones diplomáticas entre Corea del Sur y Rusia, dificultando aún más el proceso.
Pese a todo, el 4 de junio de 1990 tuvo lugar la histórica reunión cumbre entre Mijaíl Gorbachov y el entonces presidente surcoreano Roh Tae Woo, donde acordaron el inicio del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas partes, que el 30 de septiembre de ese año se tradujo en la firma oficial de un acuerdo de restablecimiento de lazos diplomáticos en la sede de la ONU, en Nueva York.
Desde entonces, el exdirigente soviético mantuvo un vínculo especial con Corea del Sur y visitó el país en nada menos que cuatro ocasiones. Además, celebró otra reunión cumbre en el Gran Palacio del Kremlin con su homólogo surcoreano Roh Tae Woo, quien para la ocasión pisó por primera vez territorio la Unión Soviética.