El presidente estadounidense Joe Biden avaló y promulgó el martes 9 (hora local) una nueva ley, cuyo eje central es aumentar la inversión en la industria de semiconductores y en proyectos de I+D relacionados con dicho sector.
Denominada Ley de chips y ciencia, esta normativa tiene por objeto contrarrestar la hegemonía económica y tecnológica de China, con inversiones más agresivas -de hasta 280.000 millones de dólares- para mejorar la industria estadounidense de semiconductores y apoyar a las empresas para que puedan seguir disfrutando de superioridad técnica.
Además, incluye beneficios tributarios para firmas extranjeras que inviertan en Estados Unidos, concretamente deducciones de impuestos de un 25% para aquellas que establezcan fábricas de chips en ese país norteamericano. Se estima así que los más beneficiados serán TSMC de Taiwán y la empresa surcoreana Samsung Electrónica, que anunció la construcción de una planta en Texas.