Contrario a los esfuerzos en marcha para normalizar las relaciones bilaterales, el Gobierno japonés humilló a una víctima coreana de explotación laboral cometida durante el colonialismo, al entregarle 99 yenes, menos de un dólar, como saldo de pensiones.
Esto ocurrió, según un reportaje de KBS, a Chung Sin Yeong -una mujer mayor de noventa años- que en 2021 presentó una demanda de indemnizaciones por daños y perjuicios contra Mitsubishi. Para hacer justicia sobre las atrocidades y el trato inhumano que sufrió en 1944, con apenas quince años, tras ser forzada a trabajar en una fábrica de aviones de dicha firma en Nagoya. Como parte de la demanda, Chung tenía que probar por su cuenta que fue movilizada forzosamente y explotada en ese centro industrial, de ahí solicitó sus datos en el sistema pensionario japonés, al que entonces fue obligada a suscribirse, así como el reintegro de lo abonado en su cuenta de pensiones.
A un año de tal solicitud, el 6 de julio de 2022, la demandante recibió el saldo, sin embargo, comprobó que habían sido transferidos a su cuenta bancaria 931 wones en nombre del Servicio de Pensiones de Japón, una entidad dependiente del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de ese país. Considerando el nivel del tipo de cambio en la aludida fecha, se estima en 99 yenes la cifra enviada, que viene a ser un reintegro calculado con los mismos métodos de hace 77 años y sin reflejar la inflación que hubo durante todo este tiempo.
Esta no es la primera vez que las autoridades pensionarias japonesas entregan tan humillantes saldos a las víctimas de explotación laboral, pues en 2009 y 2015 hubo casos similares de personas que tras solicitar la desafiliación del sistema de pensiones y el reintegro de sus ahorros, recibieron entre 99 y 199 yenes.