El ministro de Exteriores, Chung Eui Yong, se reunió el martes 22 en París con Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, a quien transmitió que la campaña de Japón para incluir las minas de la isla de Sado en la Lista del Patrimonio Mundial inquieta profundamente al Gobierno surcoreano.
Asimismo, solicitó un mayor interés para que Tokio cumpla su compromiso de 2015, cuando logró que la isla de Hashima fuera reconocida como Patrimonio Mundial, de informar claramente al público sobre la movilización forzosa y explotación laboral que tuvo lugar en dicho sitio.
Azoulay dijo ser consciente de la preocupación de Corea y aseguró que comprobará si Japón cumple dicha promesa.
Seúl considera impropio que sin haber cumplido con la explicación sobre Hashima, Japón intente incluir en la Lista de Patrimonio Mundial las minas de la isla de Sado, asimismo escenario de trabajos forzosos. De hecho, la candidatura omite explícitamente el periodo 1941-1945, cuando en las minas de Sado más de 2.000 obreros coreanos fueron sometidos a trabajos forzosos y trato inhumano durante el colonialismo.
En paralelo, Chung se reunió con sus homólogos de Suecia y Bulgaria en París. Con el canciller sueco trató sobre cooperación en materia de seguridad, y valoró positivamente la contribución de Suecia al proceso de paz de la península coreana, y con el canciller de Bulgaria hablaron sobre las obras públicas que promueve dicho país, como la construcción de una central de cogeneración, a fin de sondear posibles oportunidades de participación para las empresas surcoreanas.