El presidente estadounidense Joe Biden celebró la primera cumbre desde su investidura con su homólogo chino, Xi Jinping.
Durante la reunión, en formato virtual, ambos líderes abordaron temas de actualidad sobre relaciones internacionales, seguridad, economía y derechos humanos, aunque la conversación no logró resultados concretos. Es más, se ignora cómo o en qué áreas Estados Unidos y China cooperarán a futuro, pese a que tras la cumbre Washington expresó su intención de reforzar la comunicación mutua.
La reunión entre Biden y Xi duró más de tres horas, durante las que hubo fuertes discrepancias, tanto en cuestiones económicas como en asuntos internos de China sobre derechos humanos que afectan a Taiwán, el Tíbet y los uigures. En todo caso, describieron la actual situación como una competencia natural entre sus países y no como un cúmulo de fricciones, coincidiendo en la necesidad de establecer mecanismos de seguridad para evitar que derive en conflicto.
En este contexto, el asesor presidencial de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, enfatizó desde la Casa Blanca que ambos líderes abogan unánimemente por mantener el diálogo en aras de una seguridad estratégica, y anticipó que se esforzarán al máximo a múltiples niveles para que la rivalidad sino-estadounidense no resulte en conflicto.
Así, aludió a Corea del Norte como un tema en el que se prevé una cooperación positiva entre Washington y Beijing, pues ambos consideran importante coordinar posturas para desatar los nudos en las negociaciones con Pyongyang, estancadas por sucesos desfavorables como los reiterados ensayos de misiles norcoreanos.
En cuanto a algunas noticias aparecidas en medios asegurando que Estados Unidos tenía intención de boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, la Casa Blanca no hizo declaraciones, y solo el viceportavoz presidencial Andrew Bates dijo no tener "nada que añadir", pues durante la cumbre entre Biden y Xi no hubo mención alguna al respecto.