Corea del Sur reportó el miércoles 29 un total de 2.885 nuevos casos de COVID-19, manteniendo el número de contagios diarios en torno a los 2.000 por sexto día consecutivo, tras la festividad de Chuseok.
La región más afectada es la zona capitalina, la cual concentra un 77% de los brotes.
Concretamente, la capital Seúl confirmó 1.050 nuevos positivos, de los cuales 19 están vinculados con un contagio grupal surgido en una residencia de estudiantes.
No obstante, los enfermos graves por coronavirus han disminuido gracias al avance de la campaña de vacunación, así como también la tasa de mortandad que cayó del 0,89% en la primera semana de septiembre al actual 0,82%.
Ante la continua propagación del virus, el Gobierno ha decidido operar por un mes más, hasta finales de octubre, los centros de pruebas provisionales instalados en las 17 zonas más concurridas del país.
Paralelamente, ha reforzado el control sobre los extranjeros –quienes suponen el 16,2% de los casos–, ampliando las pruebas preventivas en barrios y establecimientos con alta concentración de ese grupo.
Asimismo, a efecto de promover la vacunación entre los foráneos, emitirá números de registro provisional para los residentes ilegales, además de ofrecer subsidios para los que presenten efectos secundarios.
El Gobierno también establecerá un plan para recuperar gradualmente la normalidad, si bien se prevé que se restringirá participación en eventos o acceso a instalaciones públicas a los no vacunados, salvo que presenten certificado negativo de PCR.