En el Vaticano se celebró el sábado 21 (hora local) una misa por el bicentenario del nacimiento de San Andrés Kim Tae Gon, el primer sacerdote católico coreano canonizado. A la ceremonia, oficiada por el prefecto de la Congregación para el Clero, el arzobispo Lazzaro You Heung Sik, acudieron unas 200 personas entre sacerdotes y otros religiosos coreanos, así como fieles. 

Con motivo de esta fecha, el papa Francisco emitió un mensaje, que durante la misa fue leído en su representación por el arzobispo, deseando que sus palabras llegasen a toda la comunidad de fieles católicos en Corea en este día del Jubileo. Agradeció además a toda la comunidad eclesial coreana por la generosidad mostrada para apoyar la campaña de vacunación anti COVID-19 en favor de países más pobres, siguiendo el legado de San Andrés Kim Tae Gon. 

El Sumo Pontífice también comentó sobre la situación de la península coreana, enfatizando que no hay un punto final en la construcción de la paz social de un país, pues es una tarea que no da tregua y que existe el compromiso de todos. Manifestó que espera que quienes trabajan por la reconciliación intercoreana continúen con renovado compromiso y les animó a entablar un diálogo respetuoso y constructivo para el futuro.  

Por su parte, el arzobispo Lazzaro You Heung Sik que ofició la misa, destacó la breve pero valiosa vida de San Andrés Kim Tae Gon, que se sacrificó por que la dignidad humana, el principio de igualdad y el amor al vecino sean valorados en una sociedad de ideología confuciana estrictamente estratificada como la de Joseon.

Nacido en 1821, Kim Tae Gon se convirtió en el primer sacerdote católico de Corea al ser ordenado en agosto de 1845. Predicó y evangelizó más intensamente cuando era dura la persecución de los católicos por parte de la corte de Joseon, hasta que fue arrestado y decapitado en septiembre de 1846. En 1984 fue canonizado por el papa Juan Pablo II.