Tras suscitar una fuerte confrontación entre oficialismo y oposición, la 'Ley de Respuesta a la Crisis Climática' fue aprobada por el comité permanente de la Asamblea Nacional el día 19, con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en más del 35% para 2030. 

Así, Corea del Sur ha redefinido su meta de reducir emisiones, con 10,6 puntos porcentuales más respecto a la presentada ante la ONU en 2020, además de reflejar su voluntad de llegrar a superar "más del 35%". 

No obstante, dicha cifra es notablemente inferior a la de países como Reino Unido, Estados Unidos o Japón, que se han comprometido rebajar un 78%, 52% y 46% de las emisiones, respectivamente. 

La Ley ha generado fuerte malestar tanto en la oposición como entre los empresarios, que critican el insuficiente debate y la falta de consideración, así como en organizaciones civiles que exigen anular la aprobación, alegando que reducir las emisiones en un 35% no bastar para frenar la crisis climática.