La Confederación Coreana de Uniones Comerciales convocó el sábado 3 una marcha de dos horas por el centro de Seúl, pese a los esfuerzos por impedirla del Ayuntamiento capitalino y de la Policía.
La manifestación cambió de lugar improvisadamente a la 1:00 de la tarde, cuando la cúpula de la federación gremial avisó a los sindicalistas de que saldría de Jongno a las 2:00 y no desde Yeouido, como estaba previsto, ante el bloqueo policial.
Al saber del cambio, la Policía movilizó agentes para reforzar la vigilancia e impedir la marcha, sin embargo, ante el repentino cambio de lugar dichas medidas no sirvieron de mucho, pues unos 8.000 sindicalistas llegaron a congregarse y ocupar una de las principales avenidas del centro seulita.
Los manifestantes solicitaron abolir los contratos laborales provisionales, detener los procesos de reestructuración y subir el salario mínimo.
Sin embargo, no acataron las pautas de distancia social, al sentarse unos junto a otros, aunque sí llevaban mascarillas.
El primer ministro Kim Boo Kyum calificó de "lamentable" la convocatoria de una marcha multitudinaria pese a las reiteradas peticiones de las autoridades en contra, para no aumentar el riesgo de contagios de COVID-19. El Ayuntamiento de Seúl, en tanto, denunció a la Confederación Coreana de Uniones Comerciales por incumplir la Ley de Prevención de Enfermedades infectocontagiosas.