Corea del Sur activó el 1 de julio un sistema de policía autonómica con el objetivo de descentralizar las funciones y las competencias de la Policía Nacional, así como ofrecer servicios de seguridad en base a las necesidades de cada comunidad.
Dicha medida implica que los Gobierno regionales dispondrán cuerpos policiales autónomos para mantener el orden a nivel local, además de asumir todo lo relacionado con seguridad ciudadana, control del tránsito y violencia doméstica o escolar.
Sin embargo, algunas voces critican la apresurada implementación del nuevo sistema, afirmando que podría generar confusión ante la falta de representatividad de los cuerpos policiales autonómicos. Para su establecimiento crearon comités regionales integrados en más del 80% por varones, mientras algunos gobiernos regionales no asignaron asesores de derechos humanos.
Los expertos señalan que mejorar la gestión requiere de una mayor cooperación ciudadana, además de una colaboración orgánica entre las diversas policías autonómicas y cada gobierno regional.