Washington ha criticado la grave situación de los derechos humanos en Corea del Norte, abogando por una mayor cooperación internacional para mejorarla, y expresando su apoyo a los desertores norcoreanos que se esfuerzan por denunciar ante el mundo los problemas existentes en ese país. 

El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, emitió el miércoles 28 una declaración por la Semana de Libertad para Corea del Norte, en la que describió a ese estado como uno de los más opresivos y totalitarios del mundo, donde los derechos humanos de millones de ciudadanos son vulnerados, incluyendo las más de 100.000 personas que sufren de malos tratos en campos de concentración para presos políticos. La Semana de Libertad para Corea del Norte es una actividad que organizan grupos defensores de los derechos humanos y asociaciones de desertores norcoreanos desde hace varios años. 

Price comentó que el régimen de Pyongyang, poniendo como pretexto la lucha contra el COVID-19, ha endurecido el control y la vigilancia sobre su población, además de adoptar medidas tan radicales como ordenar al Ejército disparar y matar a quienes crucen la frontera con China. Agregó que esas atrocidades no tienen lugar en un mundo civilizado y que la sociedad global debe alzar la voz. 

El portavoz del Departamento de Estado manifestó que Estados Unidos seguirá trabajando para una mayor sensibilización sobre la realidad norcoreana, al tiempo de investigar los casos de violación de derechos humanos en Corea del Norte, mejorar el acceso de la población norcoreana a la información y presionar al régimen de Kim Jong Un para que asuma debidamente su responsabilidad.