Tras el ataque a varios salones asiáticos de masaje en Atlanta, que dejó ocho víctimas, inluidas cuatro mujeres coreanas, muchos estadounidenses salieron a la calle en diferentes estados para protestar contra el racismo.
El día 20 cientos de personas se reunieron en el parque junto al Capitolio del Estado de Georgia, en Atlanta, para denunciar el racismo contra los asiáticos, mientras que el día anterior, la comunidad surcoreana convocó una manifestación masiva con coches en las calles de Los Ángeles, urgiendo a erradicar la violencia y el odio hacia los asiáticos.
Asimismo, unas 180 organizaciones no gubernamentales elevaron una petición a la Casa Blanca, solicitando asignar un presupuesto de 300 millones de dólares para erradicar la violencia contra asiático-estadounidenses.
Mientras el Gobierno de Estados Unidos se aboca a buscar medidas para frenar los crímenes de odio, el presidente Joe Biden visitó la semana pasada la ciudad de Atlanta y se reunió con líderes asiáticos, en solidaridad con los ciudadanos estadounidenses de ascendencia asiática, y se comprometió a hacer justicia.