Las autoridades de investigación criminal de Estados Unidos, a cargo de indagar sobre los tiroteos ocurridos en Atlanta, Georgia, han planteado posibles vínculos entre esos hechos y una adicción sexual.
Tentativamente, apuntan esa posibilidad en base a las declaraciones del principal sospechoso, un joven de 21 años llamado Robert Aaron Long, quien alegó haber adquirido adicción sexual por culpa de las mujeres a las que agredió. Contra él pesan cuatro cargos por cuatro homicidios y asalto agravado.
Sin embargo, y pese a la explicación de la Policía local, la preocupación aumenta en Atlanta ante posibles crímenes racistas, pues los tiroteos tuvieron lugar en establecimientos de la comunidad asiática en dicha ciudad, y muchas de las víctimas eran de ascendencia coreana.
Al respecto, el presidente estadounidense Joe Biden declaró ser consciente de la angustia que sienten las personas de origen asiático, y señaló que habrá que esperar a las investigaciones policiales y del FBI para definir la causa del tiroteo.