La organización civil liderada por Lee Yong Soo, víctima de la esclavitud sexual impuesta por las fuerzas niponas durante la Segunda Guerra Mundial, aboga por llevar el tema de la explotación sexual cometida por Japón contra las mujeres de sus colonias ante el Tribunal Internacional de Justicia.
En una rueda de prensa convocada por dicha ONG, Lee dijo haber hecho todo lo que estaba a su alcance, como ofrecer testimonios en distintas partes del mundo, lograr una resolución del Congreso estadounidenses sobre esclavitud sexual, erigir monumentos en homenaje a las víctimas o intervenir en juicios en el archipiélago nipón, pero Japón sigue sin reflexionar ni cambiar de actitud.
Ante su avanzada edad, como "último deseo" destacó que Japón sea juzgado por sus crímenes en base al Derecho Internacional.