Hasta el 2 de febrero, Corea del Sur acumula 78.844 casos de COVID-19 tras sumar 336 nuevos, 295 domésticos y 41 del exterior.
Mientras, hay 224 pacientes en estado grave y las muertes se elevan a 1.435 personas, tras contabilizar las 10 que fallecieron el lunes 1.
Las autoridades sanitarias mostraron gran preocupación por el aumento de contagios, al no haber un solo epicentro, sino varios focos dispersos por todo el país, incluidos espacios de riesgo como refugios para personas sin techo o viviendas precarias.
Así, recomendaron limitar las reuniones durante la festividad del Año Nuevo Lunar, ante el inicio del curso escolar a comienzos de marzo.
Pese a todo, en un debate organizado el martes 2 por el Ministerio de Salud y Bienestar, muchos asistentes señalaron que las restricciones no son sostenibles a largo plazo. También advirtieron del aumento de muertes durante el último mes, instando a destinar los recursos para disminuir los casos a mejorar los servicios de atención y tratamiento de pacientes.
En una encuesta realizada por la misma cartera, ocho de cada diez ciudadanos reconocieron la efectividad de la distancia social para frenar los contagios, pero afirmaron sentir cansancio.