Joe Biden llevó a cabo el miércoles 20, hora local, el juramento como cuadragésimo sexto presidente de los Estados Unidos, convirtiéndose en el mandatario de más edad en la historia de ese país, al asumir el cargo con 78 años, después de tres intentos.
Su llegada a la Casa Blanca se ve como la antesala de grandes cambios, no solo en Estados Unidos, sino a nivel internacional, pues su criterio político se aleja en gran parte del de su predecesor, Donald Trump.
En el discurso de investidura, Biden proclamó que la democracia ha ganado, al tiempo de enfatizar la unidad como requisito indispensable para la paz. Así, expresó que dará su alma para unir al pueblo estadounidense y también se esforzará por restaurar alianzas, haciendo que su país vuelva a participar activamente en asuntos globales.
Biden, como presidente, tiene por delante serios retos por superar, como la pandemia del COVID-19, la desaceleración económica y la falta de cohesión entre la sociedad estadounidense, que es más palpable que nunca. Externamente, sus principales tareas serán reactivar el multilateralismo, bajo el liderazgo de Estados Unidos y normalizar las alianzas, factor que podría aliviar la tensión que el país norteamericano ha venido manteniendo con otras naciones, bien en términos comerciales o militares.
La ceremonia de investidura tuvo lugar, como es habitual en Estados Unidos, con una gran fiesta con cientos de miles de asistentes. Sin embargo, ante la pandemia de COVID-19 y las protestas armadas surgidas recientemente, el acto tuvo envergadura limitada.