Las autoridades sanitarias surcoreanas han comenzado a analizar las vacunas contra COVID-19 desarrolladas por el laboratorio AstraZeneca, para reducir al mínimo los procedicimientos de autorización gubernamental, para intentar comenzar a vacunar en febrero. 

Las vacunas de AstraZeneca difieren de las de Pfizer y Moderna porque usan adenovirus de chimpancé como vehículo para llegar a las células, y no requieren ser almacenadas a muy baja temperatura, pues basta con mantenerlas entre 2ºC y 8ºC. 

Su porcentaje de efectividad alcanza un 70% si se administran dos dosis con entre cuatro y doce semanas de separación. 

A fin de acelerar la campaña de vacunación en Corea del Sur, el Gobierno planea reducir el tiempo de análisis de la autorización de uso a 40 días, en vez de 180, y el plazo para la autorización a menos de 20 días. 

Se prevé que AstraZeneca distribuirá en Corea vacunas fabricadas en territorio surcoreano, según lo acordado con el Gobierno. 

Actualmente, Corea del Sur ha firmado contratos de compra de vacunas para 56 millones de personas, que empezarán a llegar de forma gradual a partir de febrero, empezando por AstraZeneca y las que llegarán gracias al mecanismo global Covax Facility. 

Así, se espera que la primera etapa de vacunación en Corea empiece a finales de febrero.