Washington ha manifestado que deben mantenerse los esfuerzos a favor de la libre entrada de información a Corea del Norte, en contraste con la reforma de la Ley de Desarrollo de Relaciones intercoreanas recientemente aprobada en Corea del Sur, que prohíbe el lanzamiento de folletos anti-Pyongyang en la frontera.
El Departamento de Estado estadounidense declaró el lunes 21 que Washington defiende los derechos humanos y las libertades básicas de las personas, y por eso despliega campañas para hacer llegar más información a los norcoreanos, fin en el que coopera con otras naciones y con diversas ONGs.
Si bien no rechazó frontalmente dicha ley surcoreana, el Gobierno estadounidense mostró su indirecta desaprobación, al considerar que limita la libertad de expresión y las actividades para informar a la población norcoreana.
La ley de prohibición de folletos anti-Pyongyang, ratificada en la Asamblea Nacional de Corea del Sur el 14 de diciembre, impone un máximo de tres años de prisión o multas de hasta 30 millones de wones contra acciones que incumplan el acuerdo intercoreano básico, como lanzamiento de panfletos y emisión de propaganda mediante altavoces en la zona fronteriza.