Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos estacionadas en Corea del Sur introdujeron en tres ocasiones materales bioquímicos entre 2017 y 2019.
Según los datos entregados por la Agencia de Control de Enfermedades ante la Asamblea Nacional para la interpelación parlamentaria del Comité de Asuntos Exteriores y Unificación, las fuerzas estadounidenses enviaron muestras de toxoides botulínicas, la cadena A de la ricina y toxoides estafilocócicos con destino a sus laboratorios ubicados en el puerto de Busan y en las bases militares en Gunsan, Osan y Pyeongtaek.
El comité conformado por 47 entidades de la sociedad civil de Busan que se pronunció sobre el asunto recalcó que la cantidad de las sustancias aumentó en cada ocasión, al pasar de 10 unidades en 2017, a 26 unidades en 2018 y a 56 unidades en 2019, en el caso del laboratorio del Muelle 8 de armas bacterianas del puerto de Busan.
El comité exhortó al Gobierno Municipal de Busan a ofrecer una explicación al respecto al sospechar la intensificación de Estados Unidos de experimentos para desarrollar armas bacterianas.
El Gobierno explicó que el mencionado toxoide es una toxina bacteriana cuya toxicidad ha sido anulada y es ampliamente utilizado en distintas industrias del país.
La ministra de Asuntos Exteriores, Kang Kyung Hwa, aclaró también que las fuerzas estadounidenses no tienen la obligación de reportar al Gobierno surcoreano al introducir un toxoide según las normas del Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas (SOFA). Agregó que pese a que no son sustancias peligrosas, Estados Unidos prometió dejar de traerlas para no causar inquietud en el pueblo coreano.