Un estudio conjunto de varios equipos de investigación médica de Corea del Sur, como el del Centro Médico Central y el de la Universidad Nacional de Seúl, revela que más de la mitad de las personas que pasaron el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), sufrían afecciones psiquiátricas como depresión y trastorno de estrés postraumático, incluso un año después de curarse.
Este resultado deriva del análisis y seguimiento realizado sobre la salud psíquica de 63 supervivientes al MERS, y refleja que 34 personas, es decir un 54%, presentó problemas psiquiátricos incluso un año después de recuperarse. De esos 34 individuos, un 42,9% sufrió estrés postraumático y un 27% depresión, mientras que un 22,2% presentó hasta impulsos suicidas.
El origen de esos síndromes deriva del estigma social de infectado, del rechazo que sienten al respecto y de la inestabilidad psicológica tras el contagio, y no tanto del nivel de gravedad de la enfermedad.
Los investigadores advierten de la posibilidad de resultados similares en pacientes de COVID-19, dato que podría agravarse si la pandemia se prolonga. En este contexto, subrayaron la necesidad de acometer esfuerzos proactivos para impedir discriminación o aversión a los infectados, así como apoyo psicológico para los pacientes.